Psicoterapia en las etapas perinatales

La reproducción humana es de tipo sexual, se inicia con el coito seguido de la concepción, el embarazo y el parto. Esta reproducción natural de los seres humanos está viéndose impedida por factores socio-demográficos (incorporación de la mujer al mercado labora, demora en el inicio de la vida autónoma, retraso en la decisión de tener hijos, inestabilidad en las relaciones de pareja, inseguridad económica, escasez de apoyo social,…), por los cambios en los hábitos alimenticios, por los efectos medioambientales, así como otro tipo de factores que no son muy nombrados pero me parece importante destacar, como la endometriosis (infradiagnosticada aún hoy en día), el uso de inicio temprano y continuado de anticonceptivos, y la adaptación a un estrés cada vez mayor que perjudica silenciosamente la salud.

La rama de la psicología que abarca todas las etapas de la reproducción humana, así como la etapa previa a la concepción y la etapa posterior al post-parto, se llama psicología perinatal. Esta rama está orientada a la prevención, cuidado, apoyo, diagnóstico e intervención en la salud mental de la mujer y su familia desde la concepción, embarazo, parto, postparto, puerperio y hasta el primer año de vida del bebé. Últimamente se está trabajando para incorporar la etapa de la pre-concepción en el abordaje perinatal,

pues es una etapa fundamental para prevenir la enfermedad mental de la madre durante el embarazo y el post-parto, y con ello promover vínculos sanos entre las mamás y los bebés.

Otra forma de nombrar la psicología que se centra en brindar apoyo, prevenir y tratar los problemas psicológicos que surgen ante las dificultades específicas de la reproducción humana es la psicología de la fertilidad y la reproducción. Ésta toma su nombre de la Medicina de la Reproducción Humana, encargada de las técnicas de tratamiento de la esterilidad o infertilidad de alguno o de ambos miembros de la pareja.

Mi misión en el área de la reproducción humana, es la de prevenir y tratar la salud mental de las mujeres en todo el periodo perinatal asistiendo a cualquiera de las dificultades que puedan aparecer (problemas de fertilidad, inestabilidad emocional, desencuentros con la pareja, duelos perinatales,…), siendo de un especial interés para mi brindar apoyo en las etapas de la pre-concepción y la concepción. Lo que deseo es aportar un acompañamiento informado, humanizado y empoderado a todo el proceso de reproducción humana, especialmente cuando éste se presenta con dificultades.

¿Cuál fue el motivo que me llevó a focalizarme en la psicología de la fertilidad y reproducción humana?

En mi caso, focalizarme en este acompañamiento psicológico específico viene motivado por una experiencia personal. Un cáncer de ovarios con 21 años me llevó a una menopausia precoz y a la incapacidad de poder concebir naturalmente. Nuestra opción de ser padres pasaba por los tratamientos de reproducción asistida, en concreto por la ovodonación. Ninguno de los tratamientos resultó en embarazo y llegó la tristeza, la desesperanza y el desconsuelo.

Por desgracia, no conté con apoyo psicológico, pues no sabía siquiera que lo necesitaba. La obsesión por conseguir el objetivo bloqueaba cualquier contacto interno con mis emociones, y así me encontré en una honda desesperación. De haber podido contar con apoyo psicológico, me habría ayudado a manejar la frustración e impotencia por querer alcanzar algo y no lograrlo, el sufrimiento de no ser madre, el duelo por perder embriones sanos que no implantan en mi útero, la tristeza de no poder perpetuar mis genes, el cambio emocional motivado por las hormonas, los efectos hormonales en mi cuerpo, la ansiedad durante la b-espera, etc.

Y esta es justamente mi motivación, acompañar brindando lo que yo no tuve y así prevenir la profunda desolación. No será igual, nunca lo es pues las personalidades de cada mujer hacen que estos procesos sean diferentes, pero sea donde sea que haya que ir, iremos juntas.


 

¿Cómo trabajo?

Yo trabajo desde la psicoterapia integrativa, todas las áreas del ser humano incluida la trascendental o espiritual. Es mi estilo brindarte mi auténtica presencia, autenticidad e Interés genuino por tu experiencia personal. Mi forma de indagar abordará distintos niveles, desde una indagación histórica, fenomenológica, de necesidades relacionales o de estilos de afrontamiento. Estar en sintonía con tus afectos, con tus pensamientos y creencias, con tu ritmo vital, con tu energía, con tu momento evolutivo y tus necesidades relacionales es de capital importancia para que puedas sentirte en lugar seguro. Encontrar los motivos importantes por los que vives la experiencia de una manera y no de otra, validando todos ellos sin juicio, es imprescindible en mi relación contigo.

¿Cuáles son las fases en este tipo de terapias?

Yo no tengo fases, creo que es un artificio intentar verlo en forma de fases. Lo que sí que hay son temas más o menos comunes que hay que tratar, pero no considero que sean secuenciales pues muchas veces se superponen.

Por ejemplo, en el caso de que el motivo de consulta sea el proceso de concepción y reproducción tanto natural como asistida, tendremos que abordar las expectativas que tienes, conscientes o inconscientes, con respecto al hecho de ser madre y hacia los distintos tratamientos. Hablaremos de los meses y años que llevas intentando quedarte embarazada, las técnicas que has utilizado, si ha habido abortos previos y el impacto de esa experiencia en ti y en tu entorno, si hay algún problema de fertilidad reconocido o no.  A la vez, será importante hablar del propio deseo de ser madre, su origen y su mantenimiento a lo largo de los años, si tienes pareja y si tu relación es satisfactoria, si ambas partes deseáis tener hijos o si eso supone algún tipo de conflicto, los sueños y las esperanzas depositadas en ello, las fantasías si se consigue y las dificultades y las pérdidas si no. 

Si ya estás en tratamiento de reproducción asistida, necesitaremos explorar los efectos que producen los tratamientos en tu cuerpo, en tus emociones, en tus relaciones, en la organización de tu agenda, en tu trabajo... Así como reconocer que, tras cada tratamiento de reproducción asistida fallido, surgen emociones y estados afectivos que son necesarios gestionar y aprender a afrontar para poder seguir adelante. Además, creo firmemente que la vida no debe detenerse, aunque estemos transitando este proceso, por lo tanto, será fundamental construir espacios personales, de pareja y sociales, de ocio y tiempo libre, que sean saludables y estén fuera de este ámbito.

Otra de las facetas que suele ser necesaria en la reproducción asistida es el abordaje de la relación con los profesionales de las clínicas de fertilidad. Mi objetivo es siempre que podáis crear un equipo de igual a igual, que la información fluya fácilmente en ambos sentidos y que tus necesidades sean escuchadas. Asimismo, hay momentos clave que necesitarán una atención especial, me refiero al periodo de hormonación, a la extracción de óvulos, a la selección del o la donante - si optas por la ovodonación, donación de esperma, método ROMA -, al número efectivo de embriones conseguidos, a la transferencia de embriones, a la beta-espera y al resultado de la prueba de embarazo.

Desde el principio tendrás que decidir cosas importantes como a qué clínica acudir, qué técnica es la más oportuna, de qué presupuesto dispones, cuántos embriones se van a transferir de una vez, cuántos intentos podrías asumir psicológica y económicamente, cuándo y por qué motivos parar… Para todas ellas, la información y el buen ajuste de expectativas es vital. Vital para manejar el estrés y la ansiedad que todo este proceso suele producir, abordando el equilibrio o desequilibrio emocional en todas las fases del proceso.

Merecen una especial y cuidada mención los múltiples duelos a los que se está expuesta, cuando existe la voluntad de tener descendencia: el duelo de no poder ser madre tal y como te imaginabas, el duelo genético, las pérdidas gestacionales en los distintos estadios del embarazo, el duelo por los embriones que no van a ser usados por ti, el duelo por las transferencias embrionarias fallidas… Cualquier duelo lleva asociado unas circunstancias específicas y una serie de necesidades y ritmos intrínsecos diferentes para cada persona. Necesitaremos transitar juntas las distintas escenas que conforman el duelo, poniendo palabras a lo que ocurría por fuera y por dentro, expresando las emociones que se quedaron atascadas, dando un cierre digno a cada pérdida.

Otro de los temas que es necesario afrontar es la situación sentimental en la que estás y el círculo social que te rodea. Si tienes pareja, será muy necesario que ambos/ambas estéis implicados en este proceso y tratar las diferencias que aparezcan en el camino. Si no tienes pareja, será importante destacar con qué apoyos vas a contar y qué expectativas tienes al respecto. El círculo social que te rodea es un modulador del estrés, ampliándolo o reduciéndolo según los casos.

¿Cuándo y por qué es importante pedir ayuda psicológica en los procesos de reproducción natural o asistida?

  • Cuando la concepción no llega de forma natural, el golpe con una realidad nunca antes sospechada, ocurre… Preguntas como: ¿podré ser madre? ¿Quiero ser madre? ¿Cuánto quiero ser madre? ¿Por qué quiero ser madre? ¿Por qué no puedo ser madre? ¿Cómo quiero ser madre? aparecen. Este es un buen momento para pedir ayuda.

  • Cuando las técnicas de reproducción asistida no funcionan según lo esperado, puede aparecer angustia, ansiedad, depresión, obsesión, miedo, confusión, y la persona puede sentirse rabiosa, triste, sola, avergonzada, incomprendida por sus familiares y amigos. En estas circunstancias hay sufrimiento psicológico tanto por la situación no deseada como por el uso de estrategias disfuncionales para el manejo de la misma. Pedir ayuda profesional es primordial para detectar vulnerabilidades existentes, conseguir enfoques y estrategias funcionales y evitar que el problema se enquiste.

  • Cuando una vez conseguido el embarazo, éste no llega a término, el dolor es indescriptible y parece insuperable. Este es un buen momento para pedir ayuda profesional.

  • Cuando el estado de ánimo es bajo, cuando la depresión y/o la ansiedad aparecen durante el embarazo y/o en el post-parto, cuando la vinculación con la personita recién nacida se hace difícil o imposible, por favor, pide ayuda.

  • Cuando la inestabilidad emocional sobrepasa los recursos disponibles, y las conductas se vuelven obsesivas o evitativas, es momento de pedir ayuda.

  • Cuando hay que tomar decisiones difíciles, hacer ajustes de expectativas realistas, lidiar con las desavenencias en la pareja, manejar los procesos medicalizados, los coitos programados carentes de deseo, es también buen momento para pedir ayuda.

  • Siempre que haya sufrimiento psicológico-afectivo-relacional que supere tus recursos, pide ayuda.

¿A quién está dirigida? ¿Cuál suele ser el perfil?

Me dirijo a quién este experimentando la imposibilidad o dificultad de tener hijos.

Mayoritariamente, el perfil de personas que buscan mi ayuda en la consulta privada son mujeres de entre 30 y 45 años, pues son ellas las que padecen en su ser todas las complicaciones del proceso de reproducción, ya sean los abortos, la medicalización del cuerpo, o los duelos. No suelen acudir hombres en busca de ayuda, aunque sé que ellos también sufren cuando hay dificultades en la concepción, gestación, parto, postparto y primer año de vida del bebé. Ellos suelen vivirlo mejor o peor en función de como lo viva su pareja, aunque para mi es muy importante atender cómo lo viven ellos, cómo se sienten ellos independientemente de su cónyuge.

¿Cuánto suele durar el tratamiento?

Los procesos terapéuticos son muy personales y así su duración. Hay personas que en seis meses han encontrado la estabilidad emocional que anhelaban y otras que han mantenido las sesiones de psicoterapia regulares hasta pasados varios años. Yo no trabajo exclusivamente con el tema de fertilidad, yo trabajo con toda la persona holísticamente y eso puede llevar tiempo. Cada persona es única y grandiosa, con todas sus partes interconectadas, algunas conscientes y otras no, así que cada proceso psicoterapéutico es un arte realizado en co-creación.

Tengo interés genuino por la experiencia de la persona, por cómo la vive, una sintonía con sus afectos, con los significados que le da a las cosas, con el ritmo en el que necesita ir, con el momento evolutivo en el que está o con las necesidades relacionales que pueda tener.

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